Al fin y al cabo la aventura está a su nombre. Al fin y al cabo la vida es corta
Ciudad dormida en un leve terremoto que nadie advierte
Estás al otro lado de la línea y pareces sonreír en el brillante susurrar de palabras llenas de insinuación; así como estamos, comunicados cada uno en su burbuja
Juntas valemos nuestro peso en oro y la quiero exigente, que su pasión sólo se vea limitada por mi resistencia
Siempre deseé subirme a un viejo tren sin viajeros y que el maquinista llevara la máquina despacito, seguramente te recordaría al atravesar una gran nevada, que es cuando la vía se pone especialmente complicada
¿Quieres ver cómo lamo tus dedos dentro de mi boca llena de palabras nuevas?
Tan sólo hazlo
Como las fantasías de dominación o entrega en las que la ansiedad comienza por atrapar escenarios donde desnuda y abandonada a mi suerte sobrevivo mientras comienzan a abrirse los planetas abrasados por el placer obsceno que se avecina
Sintiendo el colapso de la piel sin oxígeno en la cual hilvanamos este ovillo desmadejado
Como demostración palpable del concepto de lo transitorio
Sangre que te implora cuando tomas dureza y color de acero anochecido
Despierta en tus sueños, consciente en tu confusión, oculta en las voces que escuches para poder llamarte por tu nombre
Que te sienta renacer tan cercano, juntando pensamientos tú desde tu silla y yo del otro lado
Lo fugaz de la vida se parece al vértigo que crece entre vuestras piernas
Temblorosa entre las rendijas de la melodía que habéis compuesto para mí
Por eso te imagino
Más dentro. Más fuerte. Y todavía más. Y cuando creo que ya es imposible: MÁS
Vendrán días nuevos de gloriosa aniquilación y nadie, nadie podrá impedir ese fuego, ese azote que tanto ansío
¿Qué reemplaza al deseo cuando este desaparece?
Tus dientes me arrancan la cordura
Por encima de tu sudor que se suma al mío, más lejos de mi aliento que me busca y no me alcanza
Escucha ahora la voz ajena que apacigua tu mirada en su boca
Quieres construir con nuestras palabras castillos de arena que bajo este viento no son más que aire y arena pero llevan del corazón el latido sereno y el supurar del alma
Ese movimiento te impulsa hacia mis labios
Negar, no me niega nada. Hace que brille
Abrir los ojos y mirar derramada a un hombre sentado a mi lado esperando mi plegaria y su penitencia
Desborda mi urgencia porque me deshago cuando me preguntas
Este cielo nos deja una lluvia de gemidos arañando las paredes
Ciega de los demás, bailando en una baldosa para los tres