Buenos días, espero que te guste el café
Sólo sé que no es a propósito pero existe en nosotros un modo de permanecer lejos. Un modo de permanecer. Algo así como cabalgarte suspendida en un sueño, justo después de que el tacón se doble, siniestro y yo sin poder dejar de temblar
Sécame la boca con tu lengua, entrénate en mis ojos de gata
Vaciar mi cuerpo de oxígeno porque cuando apareces (y siempre apareces), siento como si jamás me hubieran tocado
Creía que había cosas que no se podían perder y resulta que tengo un agujero en el alma
Costaba hacerse a tus palabras, al deseo que me negabas en cada gesto.
Siento tus palabras entrar en mi intimidad, robándome el aliento.
He aprendido a mirar y creo que ya nada será incierto, ni tan siquiera la palabra vacío
Hemos logrado atravesar la asfixia, superándola (no encontrar un momento para coger aire empeora mucho las cosas)
Cuento una por una las pisadas de amistad sobre mi sombra
Por ser tantas personas en una y ser un lugar en el que sé puedo encontrarme
Me he aprendido tu voz, me aporta profundidad de campo, me gusta su pinta, me gusta su sonido. Un punto totalmente melodioso, caja de relojes funcionando, tic-tac, tic-tac, vive, vive… escala de grises de última generación que realzan el negro de tus antiguas ropas. Tu voz suena bien al otro lado de la fantasía diabólica que no sabe leer ni interpretar pentagramas. Joder… contigo. Joder… con tu voz
Cuando los ojos me sudan de placer, la boca me sabe a metal oxidado y mi cuerpo se endurece como se endurece la fibra que cubre mi cuerpo
Voy a escribir una mentira en la pared, a ver si tú sabes la verdad mientras dejamos que la palabra "siempre" se deslice entre nuestras risas al descolgar el teléfono
En algún lugar de mis excesos, tú desprendes asfalto a pie de calle para hacer estallar la suerte que me tienta
Me presta la aventura de vivir
Extraviada en el azul del cielo del paladar
Cierras la caja de Pandora justo antes de que salga de ella la esperanza
Tú sabes que ese sonido, ese olor, ese temblor, también es tuyo
Te siento detrás de mí y me miro en el espejo, tal y como ordenas amo de humo, que sigue lloviendo y todavía no logro verte
Curiosa, entro en mí como venciéndome, convenciendo a mis arcanos de que cada vez estoy más cerca de saber...
Quédate así un rato más, primero un segundo y después otro, sin moverte
Intento tumbar la displicencia, acabar con ella, entonces ¿Todo es posible?
Aprendo a leerte cuando mi mirada coquetea con la primera frase y mis sentidos restan significado a la segunda
Mejor deletreo una estrella
Cuando me adelantas yo no soy más lenta y sin ser más rápida, te paso
Deja que tu ciudad se trague la tentación de mirarme, que el mañana vendrá cargado de tibieza y calma y así mis dedos podrán dibujar la uve… de victoria